martes, 16 de diciembre de 2008

[Oneshot] Sayonara no Kissu


---------------------------------------- Sayonara no Kissu


Aiba estaba bajando del micro cuando la lluvia comenzó a caer...
- Nee... ¿Llueve?- puso su mano con la palma hacia arriba.
Atrás de él bajó Sho bostezando.
- Parece que si... me dan ganas de dormir.
- ¿De verdad? A mi también... es que, ese sonido de las gotas contra alguna superficie metálica me calma. Es relajante... ¿Desho?
Sho río por lo bajo, Aiba luego de comentar aquello cerró los ojos y se mordió el labio inferior mientras alzaba la cabeza para que la lluvia la mojara.
SHOCK...
Su amigo sacudió la cabeza para alejar la imagen que tenía enfrente, ¿Cómo alguien podía ser tan tierno?
- ¡Oh! Arashi ka? (se refiere al clima) ¡Vamos, apúrense!- dijo Jun mientras bajaba del micro apurando a los otros dos para que entraran al hotel que tenían enfrente.
Nino y Ohno bajaron rápidamente y los cinco corrieron hacia el hotel.

Jun se acercó al mostrador y se puso a hablar con la recepcionista, los otros cuatro lo esperaron en los sillones.
- ¿Cómo acomodó las habitaciones Matsujun?- Preguntó Nino.
- Por supuesto... de tal manera que la de él quede sólo para él...- resopló Sho.
- Sí, claro, es obvio... ¿Pero y nosotros?- preguntó Riida mientras miraba la hora.
- Acomodé a Sho-kun y a Aiba-chan en una habitación, y al Ohmiya SK en otra...- interrumpió Jun repartiendo las tarjetas que se usan como llaves.
- Como siempre- dijeron los cuatro al unísono.
- No sé ni para qué preguntamos- masculló Nino mientras se paraba del sillón.
Jun se encogió de hombros y se encaminó al ascensor.
Se bajaron en el piso de las suites.
- Bueno, mañana a las 8:00 a.m. los quiero a todos arriba- les aclaró Jun.
- ¡¡Pero si el que se queda dormido eres tú!!- gritó Sho ¬¬.
- ¡Ja! Como si Su Majestad pudiese pecar de perezoso... - dijo con magnificencia mientras volteaba el rostro y se marchaba a su habitación, dejando a los demás Arashis mirándolo. °-°

- ¡¿¿¿S-su... majestad???!- exclamó Sho indignado.  
- Déjalo Sho-kun ¿Nos vamos a dormir?- le preguntó Aiba tomándolo del brazo.
Sho se giró, y sintió que el aire escapaba de sus pulmones, prometiendo no volver.
Él no sabía si era por que la luz del pasillo acentuaba los rasgos finos y tiernos que tenía Aiba-chan en el rostro, o si era el sueño... pero, simplemente no pudo hablar más, y se quedó maravillado mirándolo.
- ¿Sho-kun?- lo llamó a la realidad Aiba.- ¿Iko?
- H-hai...- balbuceó él y se dejó arrastrar por su amigo.
Aiba se despidió de los otros dos con una sonrisa radiante y entró a su habitación.
- No es que yo tenga pensamientos extraños... pero Sho es muy kawaii cuando mira a Aiba-chan así... - Dijo Nino viendo la puerta de la habitación de éstos.
- ¿So desu ka?... Oh, el bar del hotel aún está abierto ¿Quieres beber algo antes de dormirnos?
- ¡Wo! Bien pensado ¡No esperaba menos de ti Riida!- Nino lo tomó de la mano y se perdieron de vista cuando abordaron el ascensor.


- Tsugooooi... es una de las mejores habitaciones en las que hemos estado ¿Desho?- se emocionó Aiba.
- Creo que sí - de cualquier manera Sho no prestaba mucha atención a la habitación, estaba más interesado en intentar dejar de recordar lo bello que se veía Aiba ese día ¿O sería que siempre era así, pero que él no lo había notado?

La habitación del hotel era muy amplia, tenía un baño de ensueño de azulejos azul-negro, más bien nacarado. Y una mini despensa con comida. Tenía dos camas separadas, con acolchado blanco, al igual que las paredes y las cortinas. En un rincón, también, había un juego de sillones con una tele enfrente. Todo conformaba una imagen perfectamente diseñada. Arriba de la mesa ratona se encontraba un florero transparente con jazmines.

- ¿Te sucede algo? Hace rato que estás cortante. – preguntó Aiba sacándose el abrigo y los zapatos.
- Ie... estoy algo cansado.
- ¡Oh! Hoy estuviste en esa conferencia de prensa sobre las olimpiadas ¿No?
- Hai, es algo cansino, pero en verdad me gusta el periodismo, es un honor poder irme a Beijing y presenciarlas.- Dijo en tono solemne mientras se sacaba la ropa para ponerse el pijama.
Aiba lo miró y enseguida se sonrojó. Pensó que seguramente había sido un auto reflejo al ver repentinamente tanta carne (N/A: Y que carne por dios! xD)
Pero era inevitable, Sho tenía un cuerpo tan sensual, era magnifico, estaba esculpido, y bien formado... se le cruzó el pensamiento de que le encantaría contornear el estomago de Sho con los dedos... seguramente se sentiría maravilloso... sacudió la cabeza para alejar los pensamientos, no podía... no sabía si Sho le correspondería.

- Es verdad... Mañana te vas luego de nuestra entrevista de la mañana. ¿No?- le preguntó sentándose en su cama.
- Hai. Debo prepararme... espero que estén bien sin mí mientras no estoy, siento que Jun podría cambiar el nombre de Arashi a Matsumoto Jun, alias "Su Majestad" y los 4 plebeyos...- Sho esperó oír la carcajada de Aiba, porque aunque no fuese gracioso, él solía reírse de todos modos...
Al no escucharla, el chico se giró y al ver a su amigo tan triste creyó ver mal, así que parpadeo varias veces.
- ¿Doshite no? - dijo Sho acercándose a él.
- Va... a ser muy solitario... en los micros, los aviones, los autos, cuando comemos y hasta en las habitaciones... siempre nos ponen juntos, parece que Jun lo hace para estar solo, pero en realidad lo hace por nosotros, tanto también por Riida y Nino. Parece que el teme que nos alejemos... él jamás cambiaría nuestro nombre, porque él es el que más ama Arashi... y siempre se encarga de ponernos a nosotros cuatro juntos para mantenernos unidos... y el siempre se descarta, y finge superioridad. Es muy buen amigo... pero, mañana te irás a Beijing, y volverás cuando las olimpiadas terminen, lo cual será dentro de quien sabe cuánto... ¿Quién se quedará despierto conmigo si no puedo dormir?
¿Quién me tapará cuando me quedo dormido en el micro?
¿Quién se encargará de calmar mis ganas de llorar?...
- Aiba...
- ¡Oh! Gomen Sho-kun... deberías prepararte para mañana, y yo con estos planteos estúpidos, soy un Aibaka. ¿Desho? ´n.n`
De pronto Sho se sentó alado de él y lo abrazó.
- ¿En serio significo tanto para ti?- le dijo aún abrazándolo.
Aiba intentó hablar, pero su corazón latía muy fuerte, sentía que él estaba a punto de hacer algo que no debía.
Asintió.
Sho lo abrazó aún más fuerte.
- Arigato... ahora sí puedo irme a China tranquilo.
Su amigo no entendió.
- ¿Por qué? ¿Antes no podías?- le susurró Aiba. 
En cuanto el cálido aliento de Aiba rozó su cuello, Sho sintió un calor que iba desde su nuca hasta cada rincón de su cuerpo, dejándolo por un momento débil.
Alejó un poco a Aiba y negó con la cabeza mientras mantenía los ojos cerrados, creía poder actuar de manera indebida si los abría.
- ¿Por qué no?
Aún con los ojos cerrados él dijo:
- Porque pensaba que si estaba mucho tiempo fuera, tal vez te acostumbrarías a mi ausencia... pero, si de verdad sientes todo eso, puedo irme seguro de que esperarás ansioso mi regreso.
Aiba no dijo nada, lo miró fijo, le recorrió el rostro (Sho seguía con los ojos cerrados.) desde sus finas cejas, pasando por su preciosa nariz, llegando a los mejores labios que tuvieron el placer de habitar un rostro tan hermoso. (N/A: SIII! ESTOY ENAMORADA DE SHO! XD) 
- Sho-kun... ¿Por qué no abres los ojos?
Este negó, y muy bajo, en un susurro que parecía más una exhalación dijo:
- Tengo miedo...
Su amigo entre abrió la boca de la sorpresa.
- ¿A qué le temes?- preguntó Aiba acercándose más a la cara de éste, lo hizo en un tono bajo, melodioso, podía fácilmente confundirse con un gemido.
A Sho se le durmieron las neuronas por una fracción de segundo. Sintió que esa voz penetraba por los poros de su rostro al tocarla, y se convertía en pura endorfina... calmando tensiones.
- Temo... que si los abro- se frenó. ¿Estaría bien continuar? Aquella vos lo embriagaba, pero no estaba lo suficientemente somnoliento.
- Si los abres. ¿Qué?... ¿Qué pasaría? Dímelo... - lo último fue en un arrebato de súplica, súplica que necesitaba ser acatada. Aiba era mucho más conciente que su compañero de lo que estaba sintiendo... y también de lo que ya no podía seguir conteniendo. 
Sho se mordió el labio inferior. Aquella voz era sin duda una droga...
- Temo, que si los abro, y te vea a los ojos...- cerró fuertemente sus puños.- Y note lo dulce de tu mirada, lo terso de tu piel, y tu sonrisa tan tierna dedicándome todo su encanto a mí...
Abrió los ojos lentamente. Aiba contuvo la respiración.
- No pueda evitar hacer esto.- Y sin previo aviso besó a Aiba aferrándolo suavemente del cuello. 
Aiba le correspondió el beso, se preguntaba si aquello se sentía tan bien por que lo estaba esperando hace mucho... o por que Sho sencillamente tenía una boca tan dulce como la miel, y tan deseable como el chocolate.
Sho se alejó un poco de él y sin soltarlo del cuello miró hacia abajo abatido por el peso de tantas emociones juntas.
Aiba se relamió los labios. Lo deseaba, y lo deseaba mucho... pero, él no sabía si Sho tenía ese tipo de "hobby". No quería arruinar ese momento tan perfecto, así que pensó que lo mejor sería simplemente disfrutar de cada palabra que su amigo tuviera para él.
Aiba levantó una mano y le subió el mentón al chico que tenía enfrente, éste lo miró con una tímida sonrisa, notó que la piel de su rostro estaba muy caliente, pero supuso que sería por la timidez del momento... (N/A: JA! ILUSO! XD)
Luego con las yemas de los dedos le rozó la nariz, bajando por los labios, deteniéndose ahí, volteó la mano dejando el dorso a la vista, el cual Sho besó y besó hasta el cansancio... 
- No sé si esto esta bien o mal... no soy de esas personas que juzgan al amor.- a Aiba le resonó la ultima palabra como un eco profundo- Pero, no puedo evitar sentirme así contigo, no sé por qué salió todo a la luz hoy, supongo que necesitaba que me dijeras esas cosas que me hacían falta oír... pero oírlas de ti solamente...
Aiba sonrió. Sho estaba sentado con las piernas cruzadas, se levantó y fue a sentarse arriba de él abrazando su cintura con sus piernas (N/A: Se entiende?)
Puso sus brazos alrededor del cuello de él y lo miró.
Ni uno... ni un músculo, Sho, fue capaz de mover...
- Ureshi...- dijo Aiba besándolo muy suavemente en la mejilla.- Sumamente feliz- en la otra mejilla.- arigato.- se dirigió a los labios, bebió de ellos hasta quedar sin respiración.
Era insoportable, Aiba estaba completamente erecto, pero Sho no parecía reaccionar. ¿Qué estaba haciendo mal?
Decidió probar, dejó de besarlo para ir hacia el lóbulo de su oreja, lo lamió, lo mordió suavemente y luego se lo metió en la boca.
- Mmf... - Sho se mordía los labios mientras reprimía gemidos, le daba vergüenza escucharse.
Luego dejó la oreja para deslizarse hábilmente con su lengua por el cuello del chico, con la mano izquierda agarró del pelo a Sho tirando de él para abajo obligándolo a alzar la pera hacia el cielo raso. Aiba se hizo un festín con su cuello, lo marcó por todas partes; así, pensó, lo recordaría cada vez que se viese en un espejo de China.
Después bajó hasta la camisa roja del pijama, besando su clavícula, y cuando comenzó a desabotonarla, Sho le sostuvo las manos.
Aiba paró en seco. Aunque cuando su amigo lo miró, lo hizo con dulzura.
- Aiba-chan... soy nuevo en esto... y creo que debemos llegar hasta acá .
El aludido no puso objeción, ¿Qué otra cosa podía hacer? Miró hacia los pantalones de Sho, no podía ser... él mismo lo había oído disfrutar. ¿Cómo era posible? Él debía tener un fuerte poder mental... o eso quiso suponer Aiba.
Sin embargo cuando éste estaba a punto de bajarse de él, Sho lo abrazó de nuevo, con mucha más ternura que antes. Lo besó en la mejilla, y todo el recorrido hasta los labios. Sin embargo no profundizó el beso, no quería echar más leña al fuego. 
- Sho-kun... cuando estés durmiendo sólo en un hotel de China. ¿Te acordarás de mí? ¿Recordarás todas las caricias que te he regalado hoy?
Éste rió.
- Me acostaré en la cama, abrazaré una almohada, cerraré los ojos, y no podré pensar en otra cosa que tus labios cuando se acercan a mi, que tus ojos entrecerrados cuando algo te gusta... que tus manos rozando cada parte de mi rostro... será triste... ya que cuando los abra no estarás realmente ahí para besarme. Ya te lo eh dicho una vez, pero creo que lo tomaste como una broma, cuando te dije que tú realmente me gustabas.
De repente escuchó como Aiba se sorbía la nariz. Dejó de abrazarlo para mirarlo a la cara.
- ¡¿Por qué lloras?!
- ¡Baka! ¡Es tu culpa!- le dijo apoyando su cara contra la camisa de éste para que no lo viera. Desde ahí dijo- ¿Qué se supone que deba hacer después de oír todo eso? ¿Hacerme el indiferente? Es que tú no sabes todo lo que significa para mí...
Sho volvió a reír.
- ¡¿De qué te ríes?!- le preguntó entre divertido y fastidiado.
- Solo tú logras llorar así en los brazos de un hombre - dijo y siguió riendo, llegando al punto de contagiar al propio Aiba.
Pararon de reír los dos con un largo suspiro, y se quedaron callados. No era un silencio incómodo, sino que todo lo contrario... se sentía bien. Sho no supo cuánto tiempo pasó hasta que le comenzaron a doler las piernas y la espalda de la mala posición. Aún tenía a su chico a upa y apoyado en su camisa. Miró por arriba de su cabeza el reloj de la mesa de noche y se sorprendió al comprobar que ya eran las 2:00 a.m. Pensó en decírselo a Aiba, pero al detenerse a escuchar, descubrió que yacía dormido.
No sería demasiado difícil, así como estaba, Sho alzó un poco al chico, estiró las piernas y se dejó caer suavemente de espalda, estaba en el lugar justo, su cabeza coincidió perfectamente con la almohada; con cuidado sacó las frazadas de abajo suyo y tapó a ambos, Aiba ahora dormía tendido arriba de Sho, manteniéndolo abrazado por el cuello. Sin embargo, él pensó, que no había posición más cómoda en este mundo para dormir.
Le acarició el pelo hasta que el también se fue quedando dormido...

A la mañana siguiente, el despertador del celular de Sho comenzó a sonar con “Lucky Man”, apenas había logrado despertarlo cuando alguien más lo apagó.
- Ohayo...- le susurró cerca de su oído una voz familiar.
Aún con los ojos cerrados Sho fue recordando una a una las cosas que habían pasado el día anterior. La voz era de Aiba-chan.
- Ohayo- dijo con un ánimo digno de un recién despertado.
Se sentó en la cama manteniendo los ojos cerrados, ya que la luz del sol se filtraba por la ventana. Al momento siguiente sintió como alguien le daba un rápido beso. Eso lo hizo reaccionar y abrir los ojos de una vez.
Una sonrisa radiante lo recibió.
Era una situación extraña... ahora, todos los días, Aiba lo saludaría con un beso... y no es que eso le molestara, pero... ¿Y los otros componentes de Arashi?

A las 8:00 a.m. en punto Ohmiya SK estaba parado en la puerta del dormitorio de Jun.
Nino alzó un puño y aporreó la puerta.
- ¡¡Neeeeeeeeeee!! ¡Dijiste que nos querías a las 8:00 en punto a todos levantados, y el único que no está levantado eres tú! ¡JUUUN!- Siguió aporreando la puerta, mientras Riida alado de él, sentado en el suelo cabeceaba de tanto en tanto.
Sho y Aiba salieron de su habitación, ya bañados y cambiados.
- ¡Nino! ¿Qué quieres? ¿Romper la puerta?- lo reprendió Sho llegando hasta él.- Además ¡Baja el volumen! ¡Vas a despertar a todo el hotel!
- ¡Matsumoto "Dios del Mundo" Jun no se levantó todavía! ¡Y si no sale en 5m le sacaré su complejo de Narciso a los cabezazos! Si es necesario tiraré su puerta abajo... ¡Tomaré su ego, que es lo bastante grande como para aplastar a todo Japón, y se lo meteré por el...!
- ¡Acá estoy carajo! ¿Qué son esos gritos en la puerta de MÍ habitación?- gritó Jun abriendo la puerta con el ceño fruncido.
- ¿En qué tardaste tanto? ¡¿Te hacías el cavado?!- le escupió Nino.
- ¡Oh! ¡Omae! ¡Chibiko!- se enojó Jun.
- ¡Metro sexual!
- ¡Ciclotímico!
- ¡Tabla del 2!
- ¡Otaku!
- ¡Ególatra!
- ¡Ey ey ey ey! ¡Buenos basta!- intervino Sho.
- ¡Tú no te metas!- se la devolvió Jun
- ¡Sí, eso... tú, tú, tú...! - balbuceó Nino.
- ¡VETE A RAPEAR! - gritaron al unísono.
- ¿Vete a rapear?- Sho apretó su puño... la vena de su sien latía amenazadoramente...
Levantó su puño cerrado y ¡PUM! ¡PUM!
Le dio un golpe fuerte en la cabeza a cada uno.
- ¡Iteeee!- dijeron al mismo tiempo agarrándose sus cabezas.
- ¡Ustedes dos... debería!- Aiba agarró a Sho por la parte de atrás de la remera. Se volteó y Aiba negó con la cabeza.
- Ya está Sho-kun, déjalos.- Y le hizo una sonrisa, luego de eso Sho no se enteró de nada más.


(N/A: Uf que me está quedando largo! xD)
La mañana pasó volando, tuvieron su entrevista y regresaron al hotel a que Sho recogiera sus cosas.
De ahí abordaron una combi que los llevaría al aeropuerto.
En el camino de ida, Aiba se durmió en el hombro de Sho, pero éste no podía dormir... Estaba ansioso, y triste, y feliz, y con ganas de gritar, eran muchas cosas... 
Jun tenía puesto su MP4 y cantaba en voz baja. Riida miraba por la ventanilla, y Nino estaba acostado en una posición extraña mientras jugaba con su Nintendo DS. 
Aunque ninguno de los tres le estaba prestando atención en ese momento... extrañaría la mera presencia... oh... cierto... hasta extrañaría al sexto componente de Arashi, que siempre ocupa un espacio en todos lados... el ego de Jun. ¡Ja! Serian varias semanas sin pelearse con Jun, ni hacer chistes con Nino, ni tener charlas delirantes con Riida... y por supuesto, sin recibir los besos de Aiba. Miró de nuevo a su alrededor, ninguno miraba, no iba a poder hacerlo en el aeropuerto, así que, ésta era su ultima oportunidad.
Se corrió un poco y tomó el rostro de Aiba, lo agarró bien con ambas manos y lo besó en los labios, fue rápido, por el miedo que lo acometía, pero ninguno parecía interesado en voltearse, así que lo volvió a besar, pero esta vez más suavemente, y se quedó más tiempo, haciendo que Aiba despertara.
- ¡Sho! ¿Qué haces?- el aludido le tapó la boca.
- ¡Shhh! ¡No grites! ¡Baka! Sólo quería despedirme... después no íbamos a poder...
Sho le sacó la mano de la boca y dejó ver una sonrisa.
- Es verdad...- le atinó un beso rápido.
Sho rió y comenzaron a darse besos suaves y silenciosos. Escucharon que el auto frenaba y se separaron bruscamente.
Jun se sacó el MP4 de los oídos y se giró en el asiento.
- Llegamos Sho, ahora al aeropuerto, próxima parada... ¡China! ¿No estas emocionado?- preguntó Jun.
-H-hai... 
Se bajaron de la combi y comenzaron a caminar hacia el interior del aeropuerto.
- Pero los voy a extrañar...- lo dijo para los cuatro.
- ¡Oooh! ¡Nosotros también!- dijo Nino abrazándolo.
Aiba sintió una punzada en medio del estómago, pero la ignoró.
Los agentes que viajaban con Sho a China se encargaron del papeleo. (N/A: Obviemos que existe el Jet Storm xD).
Faltaban 10m para que el avión despegara, y Sho no sabía si quería correr hacía la combi, o abordar el avión.
Fue interrumpido de sus pensamientos de fuga cuando vio a Aiba que le hacia señas para que se fuese con él. Sho lo siguió y comenzaron a caminar por el aeropuerto.
- Te noto nervioso...
- Si... muero por ir a China, y por quedarme aquí contigo y besarte hasta no dar más...
De pronto Aiba agarró a Sho por los hombros y lo estampó contra la pared, no estaban al alcance de la vista de los demás Arashis.
- Pero ¿Qué...?
Sho no tuvo tiempo de formular su pregunta. Aiba comenzó a besarlo, y aunque a al chico le había molestado la brusquedad, prefirió disfrutar el momento.
Aiba lo besó hasta que ni sus labios, ni sus lenguas pudiesen continuar.
Pero toda acción tiene una reacción... de nuevo Aiba estaba excitado.
Sho que le estaba besando el cuello sintió el súbito despertar y frenó sus actos.
- Yabai...- susurró el afectado.
Sin embargo, esta vez el chico de los labios perfectos comenzó a reír.
- Juro por dios que no es algo gracioso…
- ¡Jajajaja, es demasiado gracioso!
Aiba lo miró.
Sho lo tomó de la cara y le lamió la comisura de la boca sorprendiendo a su chico.
Luego deslizó su pierna entre las de éste y dijo suave y bajo:
- Es gracioso, porque me encanta que te suceda… por que es retorcidamente placentero que te vas a quedar esperando a que vuelva de Beijing, y cuando eso pase… el más ansioso voy a ser yo.- Le corrió la cara para morderle el cuello.- Esto como un regalo (refiriéndose a la marca que había dejado al morder).
Se encendió el parlante del aeropuerto y una voz femenina dijo:
- El vuelo 707 con destino a Beijing, China, esta listo para ser abordado, pasajeros, favor de abordar por la plataforma 5.
Y volvió a apagarse.
- Mi vuelo Aiba-chan.- Le dijo soltándolo.
Pero su amigo parecía perdido. Miraba al aeropuerto con rostro extrañado, como si no supiera muy bien dónde o por qué estaba ahí.
Sho se reunió con los otros tres Arashis. Fue abrazándolos uno por uno y cuando llegó a Jun le dijo al oído:
- Antes, dos cosas, la primera: cuida mucho a Aiba mientras yo no estoy.- Jun asintió.- La segunda: No fastidies demasiado a Nino, ni llenes nuestro apartamento de fiestas.- Se escuchó un gruñido como respuesta, Sho sonrió.- Y por ultimo: arigato Matsujun…
Su amigo lo soltó y Sho vio que por su cara no había entendido lo último.
- ¿Qué me agradeces?
- ¿Es que no puedo darte las gracias sin que parezca lo más extraño del mundo?...
Jun negó enérgicamente.
Eso le dio mucha gracia. Se giró para agarrar su bolso de mano y se encontró con que alguien ya lo sostenía.
Aiba le sonreía radiante. Sho imaginó por qué era su repentino cambio de humor.
- Te estaré esperando con ansias Sho-kun- le dijo mientras lo abrazaba para despedirse.
- No lo dudo…- dijo este besándole el oído casi imperceptiblemente.
Y sin más se encaminó a la plataforma indicada.
Los cuatro Arashis se quedaron ahí parados, juntos, saludando con la mano hasta que Sho se perdió de vista totalmente.
- Bueno… yo debo irme a una grabación.- dijo Nino.
- Sí, yo también.- coincidió Ohno.
- Oh, bien, gambatte kudasai.- les dijo Jun.
- ¡Hai, nos vemos en el apartamento a la noche!- Exclamo Riida mientras él y Nino se iban hacia la puerta del aeropuerto.
- ¿Tu qué quieres hacer Aiba-chan?- preguntó Jun mirándolo.
El aludido se sorprendió.
- Que extraño… seguramente tienes mil cosas que hacer. ¿No, Matsujun?
- ¡Que hay de malo en tomarse un descanso de vez en cuando!
Aiba sonrió.
- Entonces vallamos a comer al restaurante de mamá. ¡Hace mucho que no voy, y le encantará verte! 
- Hai, ¡Ikimasho!
Y ambos emprendieron el camino.
- Nee, Matsujun… ¿Es por algo en especial que decidiste pasar el día conmigo?
- Para serte sincero, te estoy cuidando.- dijo indiferente.
- ¿Eh? ¿Por qué?...
- Quien sabe… fueron órdenes de Sho…
Aiba comenzó a caminar más despacio.
- ¿Hontoni?
- Hai… no sé por qué me lo pidió… pero en fin. ¡Apúrate! Su majestad tiene hambre…
Y así fue… siguió a Jun caminando por detrás de él… mientras pensaba con la mente enloquecida…
Definitivamente… sería una tortura esperar a que Sakurai Sho regresara…
Pero algo bueno tenía esa situación, para cuando él regresara, le daría la mejor noche de su vida… 


FIN... ?

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Kyaaaaaa! amo este oneshoooot! es el primer fanfci medianamente yaoi que escribi de los chicos... es muy importante para ami asi que sean tiernas con el o_ó

xD

No tengo mucho que decirles hoy... bueno, algo que ya deben darse cuenta solas con solo ver el nombre del blog y todo eso... ESTOY ENAMORADA DE SAKURAI SHOOOOOO-kun 
=3




Jaaa Neee!
 

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