miércoles, 20 de mayo de 2009

[OneShot] ° Akame's Diary °

Bien, para que no se mezclen, Jin escribe en rojo, y la tortuga en rosa, nee? Cualquier intervencion de otro mienbro, iria en su color, se entiende?


------------------------------------ ° Akame's Diary °




Kame tomó el cueaderno que encontró dentro de su locker con ambas manos, y el ceño fruncído.
- Qué es esto?...
La portáda era negra, con un dibujo de la calavera pirata de los KAT-TUN, y debajo decía "Akame's Diary"
La abrió curioso y sorprendido.
En la primer página decía:

Tomenlo como una posibilidad de retomar la privacidad y la intimidad de la que antes gozaban!

Con la pulcra letra de Ueda.
Kame rio por lo bajo ante el gesto algo ridículo de su amigo. Pero... no lo tiró. Lo guardo en su morral y lo llevó consigo a su casa.


Cuando volvió a abrirlo, notó que en la página siguiente había más anotaciones.

Se supone que tienen que escribir como si fuese un diario normal, pero dirigiéndose a ustedes.

Reconoció la caligrafía de Nakamaru.
Y luego no había nada más.
Bien. ¿Qué tan estúpido podía ser eso? Sí, muy estúpido... pero, ¿Cuánto extrañába a Jin? Sí... mucho.
Aceptaba ciertas cosas de él mismo, y una de esas era su orgúllo, y no iba a ceder... ¿Cómo podría? Era más facil ignorar... y dejar las cosas inconclusas, sin un perdón, sin una disculpa, sin nada...
¿Muy infantil? Oh, sí... pero... bueno, Jin lo era. Aunque ahora estubiése en un especie de trance zombie, el cual preocupába a Kame desde hacía rato... y él no sabía el por qué.

Miró las hojas en blanco delante suyo, y se encogió de hombros.
Tomó un lápiz y simplemente se dejó llevar.

Querído dia... (Pero, entonces recordó las instrucciones de Nakamaru, y borró.) 
Jin: aunque no fue idea mía el tener un diario compartído, y aunque me parece una idea bastante estúpida... quice hacerlo de todos modos. ¿Necesitas un por qué? Simplemente es un diario donde se anota lo que uno hace en el día... y cómo se siente.
Hoy estúbe con Kimura-san hablándo sobre el nuevo dorama. Hacía muchísimo que no lo veía! Está muy bronceado, y se ve que fueron unas largas vacaciones, porque está muy relajado.
Luego estúbe en la sala de ensayo de la companía con Junno, necesitába ayuda con unos pasos, y él se ofreció a ayudarme.
Y finalmente volví a casa... me levanté muy temprano, así que me acostaré tamprano también.

Miró lo escríto y decidió no poner despedida alguna.

Al día siguiente, cuando llegó a la J.E., se dirigió al locker de Akanishi, pero al llegar se detúbo en seco. Él sabía la clave de Jin... o por lo menos la clave que tenía antes de irse a E.E.U.U, pero, ¿Sería la misma? Él no lo creía, porque la antigua clave era su fecha de cumpleaños (La de Kame). Pero, bueno... no perdería nada con intentarlo. Movió la ruedita hacia los números correctos, y el candado cedió. Kame se quedó con el segúro en la mano, y un creciente desconcierto se apoderó de él. Conocía a Jin, o creía conocerlo bien, podía ser que fuese tan flojo como para no cambiar la clave, y por comodidad, ya que era una fecha facil de recordar...
Un ruído lo sacó de sus pensamientos, eran pasos. Metió el diario adentro, y lo cerró para luego marcharse a paso raudal.
Ese día tubiéron ensayos, se les venían encima esos 10 días en el Tokio Dome. Y los 6 practicáron y bailáron como cualquier ensayo. Sus compañeros no mostráron el más mínimo signo de complicidad por lo del diario, no lo mencionaron, así que él tampoco. Sin embargo, cuando la hora de irse se aproximába, sus nervios comenzáron a revelarse. Estába muy enojado consigo mismo por ser tan estúpido... Jin lo trataba de manera normal... lo cual era bueno y malo. Bueno, porque eso quería decir que no había rasros de ningún recentimiénto. Malo, porque siempre, desde que se conocían, él era especial, y Jin siempre lo había tratado de manera especial.  

- Bien, yo me voy... - anunció Nakamaru.
- Sí, yo también, estás con el auto?- le preguntó Jin.
- Sí.
- Bien, esperame en el garage, voy a buscar unas cosas a mi locker y te alcánzo.- Y sin más salió de la habitación.
- ¿Alguien escuchó que le haya dicho que lo llevaba?- Inquirió el mayor mirándolos.
- Ya... , sábes como es... agradéce que no es él quien maneja.- le dijo Taguchi.
- Ni me lo recuerdes... - se quejó recordándo cierto incidente en el desierto.

Kame sintió un tirón en su estómago... iba a ver el diario. No quería estar allí cuando eso ocurriése.

- Yo también me voy!- dijo sobresaltándolos. Tomó sus cosas de arriba de una mesa, y corrió hacia la salída. 
No supo cómo, pero en 10m ya estába en la ducha de su casa.
Muy bien, no quedába más que ver cuál sería la reacción de Jin.
Y como una quinceañera, comenzó a volteárse en su cama sin poder dormir... sabía que estába siéndo muy inmaduro... pero, no habían tenído, justamente, esa intimidad y esos secretos de los que Ueda había mencionado, y el internar tenérlos de una manera tan súbita, ahora le parecía una locura.
A la mañana siguiente, no supo en que momento de la noche anterior se había dormído. Entre pensamientos y vueltas en la cama, por fin había logrado concieliar el sueño.
Cuando entró a los vestuarios del edificio, y comprovó que no había nadie, se acercó rápidamente a su locker. Tragó salíva y abrió el casillero. El diario lo esperába, apollado contra una pila de remeras limpias.
Su corazón comenzó a latir tan fuerte, que creyó que le agarraría una taquicardia. Respiró ondo recordando que ya tenia 23 años, que era Kamenashi Kazuya y que era ridiculo ponerse nervioso por eso.
Aun así, sus manos temblában al agarrar el diario. Lo abrió y fue a la página correspondiénte.


Kame: Sí, tienes razón, ésto es estúpido.


Solo eso... tan sólo eso...

No había notado toda la esperanza acumulada, hasta que la decepcion lo golpeó muy fuerte en la cara.
¿Nada más? ¿No iba a decirle nada más?...
Dentro del vacío que se había creado al no recibir una respuesta que lo satisfaciera, notó algo extraño.
De los dos, el más enojado era él. Es decir, si alguien tenía que estar enojado, era Kame, él, no Jin. Jin no tenií derecho a negarle una converzación por diario... no tenía derecho a negarle nada... de hecho, Kame opinába, que Jin ya no tenía derechos. Nunca le había dicho "Te perdono", "Bienvenido", jamás. Con el tiempo no hizo falta, los demás mienbros ya lo habían aceptado de vuelta. Pero, Akanishi sabía que Kame aún guardába ese pequeño, pero punsante dolor de un abandóno sin precedentes, ni razones aparentes. Y al parecer... no le importába.
Parpadeó para poder dispersar la neblina que quería tragarlo, esa neblína que aparecía cuando sentía que un dolor lo absorvía. Esa neblína que lo separaba de todos, y hacía sus momentos de soledad insufríbles.
Ladeó la cabeza mientras se levantába de suelo. ¿En qué momento se había sentádo en él? Y frunció el céjo. No iba a ser él el que sufriéra... como si 6 meses no hubiésen sído suficientes. Sorprendentemente rápido, cambió el dolor por enfado. Un enojo que lo estába comenzándo a quemar. Se sentía estúpido... un idiota. Había invertído esperanzas en algo inútil... ¿Cómo pudo ser tan idiota?
Cerró los ojos, y notó como un calor invadía su estómago, un chorro de sangre caliente estába esparciéndose en él.
Tomó el diario y dio media vuelta saliendo de los vestuarios.
¡A la mierda! Se le habían ido las ganas de ensayar.

Al llegar de nuevo a su casa, tiró el cuaderno arriba de su cama y fue hacia su baño, y aunque no estába sucio, ya que no había ensayado; se metió a la ducha, abriendo solo la fría.


Se había acostádo temprano, escepcionalmente temprano... y no pudo evitar despertarse escepcionalmente temprano también.
Su celular no había dejádo de sonar en todo el día anterior. También el telefono de su casa no dejó de recordarle que se había escapádo de un ensayo... finalmente su madre había mentído por él, diciendo (a pedído de su hijo) que él no estába en casa, y que no sabía a que hora regresaría.
Miró la hora, las 6:34 am. Se revolvió el cabello algo histérico. Se levantó y agarró su celular de arriba del escritorio. Lo había apagado para que dejara de sonar, y al prenderlo comenzaron a caer todos los mensajes de los miembros, y los de las llamadas perdidas. Empezó a borrarlos, hasta que se topó con uno de Jin. Era el único que le había mandádo.
" Sé que viniste, porque el diario no está en tu locker. ¿Por qué te escapaste? "
Controló el ardiente odio que se estába acumulándo en su pecho, y entonces vio el diario tirádo en el suelo. Fue hasta él y lo abrió, para luego escribir.

Eres la persóna más hipócrita que jamás ví en mí vida. No tienés derecho... Me escapé porque no deseába ver tu rostro Es increible que después de tanto tiempo, y luego de creer que las cosas volvían a la normalidad... me vuelvas a cortar con la misma navaja.


Al cerrar el cuaderno, tomó de nuevo su celular, y sin importarle la hora, le mandó un mensaje a Koki.

" No me siento bien, me voy a a quedar en casa recostádo, no quiero visitas. Gomen. "

Increiblemente, Koki contestó enseguída. ¿Qué hacía despierto a esa hora? Era un misterio...

" Sorprendente que te hayas enfermádo en tan poco tiempo... recupérate pronto para poder ensayar "

Sabía que estába enojado... por la manera de escribir... pero, suficiente de pensar en los demás.
A conciencia, fue hasta el edificio de la Johnny, y metió el diario en el casillero de Jin. Le parecía una grosería, ahora, que no hubiése cambiádo el código del candádo. Y así como vino, se volvió a ir.
Sabía que no iba a poder eludirlo para toda la vida, así que decidió que sí iría al día siguiente a ensayar, y que fuese lo que diós dictára.


Había llegádo tarde, así que se apuró en ir a los vestuários a cambiarse. Sabía que no tenía tiempo... pero debía ver Jin le había devuelto el diario. Fue hasta su locker y lo abrió, pero no había rastros de él. No quízo darle tiempo a su cerebro de reaccionar, así que lo volvió a cerrar y corrió a la sala de ensayo.
Ni siquiéra lo miró... esquivó su miráda en todo la práctica. Y sabía que él sí lo mirába. Los demás miembros se comportaron normales, como si de verdad Kame se hubiése enfermádo... aunque estába seguro de que todos sabían que no era cierto.
Al terminar el día, fue uno de los últimos en irse. Nakamaru se ofreció a llevarlo en auto, y como él no tenía ganas de ir en un tren lleno de gente, aceptó. Pero a Maru le gustába bañarse en los baños del edificio... así que los demás ya se habían ido.
Fue al vestidor a esperarlo, y al abrir su locker se encontró con el diario. Se sorprendió, y es que no lo esperába...
Lo abrió tranquilamente... no estába muy seguro de que se lo hubiése devuelto con algo escríto.

Yo no soy ningún hipócrita... pero, tú si eres un cobarde. No pienso tener ningún diario contigo, porque estoy buscándo que vengas a hablarme de frente... búsco que saques coraje de algún lado, y que puedas venir a hablarme y a decirme las cosas directamente... como antes. Siempre fuiste muy lento para captar las cosas... como una verdadera tortuga, y se ve que no entendíste cuando te dije que tenías razón con lo que éste diario era una estupidéz... no necesitamos hojas y lápices para poder hablar, Kame... Eres el más madúro... entonces, demúestramelo.

Releyó el párrafo una vez más..
Se sentía como... como... no... no había una palabra para definir cómo se sentía. Quizá, como un niño pequeño se acercase. Estába enojado, con él mismo, con Jin, con Ueda y Nakamaru por haber tenído la idea del diario... se sentía patético... 
Jin tenía algo de razón... se había ilusionádo con la infantil idea de poder recrear algo que habían teníado mediánte un diario.... como si fuesen niños. Pero, si Jin deseába hablar de frente, porque no era él quien lo buscába? "... búsco que saques coraje de algún lado, y que puedas venir a hablarme y a decirme las cosas directamente... " Que injusto se había vuelto Jin con el tiempo...

Arrancó una hoja del diario y lo guardó en su locker de nuevo. Tomó una lapicera y escribió: " Lo siento Maru, me surgió un asunto, y tuve que irme. Kame " Y dejó la nota sobre el bolso de su amigo.
Salió del edificio con la idea fija. Paró un taxi y le dio la dirección de la casa de Jin.


La puerta se abrió para dejar ver a Akanishi con una cara de consternación muy propia de quien ve un fantasma.
Sin esperar invitación, Kame entró, como si la necesitáse. Y fue directo a la habitación del chico. Al recorrer la casa notó que no había nadie.
Jin cerró la puerta tras sí al entrar a su cuarto.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó anonadado.
- ¿Tú que crees? Vengo a hablar de frente contigo!

Akanishi puso sus manos en su cadera y giró los ojos.

- ¿Por qué no puedes ser una persona normal?... ¿Por qué te cuesta tanto pensar las cosas antes de hacerlas?
- Ese eres tú... siempre fuiste tú el que nunca pensó las cosas antes de hacerlas... y siempre de cagó en los sentimientos de los demás... siempre el egoista, jamás te detubíste a pensar en los demás. Jamás te detubíste para pensar en mí.
- ¿Eso crees?
- No,... de eso estoy seguro.

Jin lo empujó. No un empujon amistóso, o juguetón. Uno de verdad.
Kame frunció el ceño. El otro no parecía enojado... tenía cara de poker... 
El mayor volvió a acercarse, e iba a decirle algo, pero Jin lo interrumpió volviéndolo a empujar con más fuerza. Eso sí le había dolído.
.
- ¡Basta Bakanishi!

Como respuesta, volvió a empujarlo, estampándolo contra la pared.

- ¡¿Qué haces?!

Jin fue hasta él y le propinó un golpe a la pared, alado de la oreja izquierda de Kame. Éste abrió mucho los ojos. No estába asustado, sabía que Jin jamás le pondría una mano encima, pero, comenzába a ponerse nervioso.
Quízo separarse de la pared; pero con un nuevo empujón, más brúsco que los anteriores, volvió a acorralarlo contra ella.

- ¡Detente Jin!

El aludído se acercó mucho a él, podía sentir su respiración contra sus labios... pero no se movió más.

- ¿Qué quieres?...- le espetó con su corazón en la boca.
- Que reacciones. - le dijo separándose, pero mirándole la boca con los ojos entornádos.
- ¿Que... que reacciones?

Akanishi lo tomó del cuello sin ejercer presión, aunque cerrándo la mano completamente.

- Reacciona.

Entonces Kame lo sintió, ese fuego que había guardado en su estómago, ese odio punzante, el dolor tajante de aquella "navaja"... todo aquello se agolpó de repente en su pecho, dejándolo casi sin respirar. Miró a Jin directo a los ojos... y hasta él pudo notar el fuego de su mirada. Soltó su cuello, pero no se alejó.
Kame emitió un leve gruñído desde lo más profundo de su garganta, y Jin sonrió, su sonrisa de lado... la sarcásica.
Y por fin comprendió... el sentimiento de furia... la reacción. Cerró los ojos un momento, y al abrirlos, acompañados de una sonrisa socarrona, como la de Jin, cerró el espacio entre ellos deborándo los labios del chico.
Liberándo un suspiro, que le dejó entender a Kame que se había tardádo mucho captar el mensaje, lo abrazó por la cintúra para alzarlo. Enseguída, Kame enredó sus piernas en la cadera de Jin, y éste lo apoyó contra la pared.
No había tiempo para respirar, no había tiempo para detenerse a dialogar, o para descansar los labios... debían retomar mucho tiempo perdído... debían recordar cómo era cuando a ambos no les importába nada, nada más que ellos.



- No lo entiendo... hoy hasta se rieron de un chiste de Taguchi...- le comentába Koki a Nakamaru de camíno a sus casas, que quedában cerca.
- Bueno... mejor así, no? Se estában volviéndo muy molestas las constantes peleas.
- Sí, bueno... aunque era muy divertído...
- Te digo que es mejor así Koki...





- Nee... Kame, quieres salir a trotar un rato?- le dijo Jin.
Kame, que estába caminando junto a Ueda y Junno lo miró.
- A trotar?
- Sí, ya sabes, a... quemar calorías.

Ueda se golpeó la frente con la mano.
- Por dios... volvímos a empezar...
- Kame! Ves? Sos tan lento para captar las cosas, que hasta Uebo lo entiende más rápido!
- Pero... que se supone que debo entender?- dijo levantándo las cejas.
- Mejor nos vamos...- dijo Junno arrastrándo a Ueda de la remera, antes de que Jin quebráse su salud mental.
- No comprendo, qué quiciste decir?
- Ven, te explíco acá adentro.
- Pero... ahi no dice "Love Hotel" ?
- Ya... ya... éntra y cállate...








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Puuuuuuuuuuuuuuuuuuf! ya se que me van adecir... QUE CARAJO ES ESTO? xD
Empezó meloso, siguió dramático, y terminó cómico... y es que para escribir Akame... no puede faltar la inoscencia (?) de Kame, y los interminábles intentos de Jin para volteárselo xD.
Fue... lo que se dice... una parida mental! salió lo que salió xD

Los que hayan leído algo de ° Cien maberas de terminar en un Cabaret ° sabran que amo hacer la relacion del Akame asi... torpe xD

Lo sé, tenía que escribir otro fic... pero es que me vino una "epifanía Akame" xD


En fin... me voi llendo, que mi hermana quiere la pc.

Adiooos!


.: Sakusho :.

1 comentarios:

kazu dijo...

Pues sí, es todo esto pero me gustó el fic.

Saludos

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